¡ENTREGA!
Me he entregado tanto
a ti, mujer…
Si me pateas en el
piso,
apenas me levante
seguiré amándote
y abriré mis brazos…
como la cruz del
sacrificio.
Todo por amor.
Generando llama
invencible…
Dándote agua para
beber de mi corazón,
te daré más
fuerza para que me apagues…
¡No podrás!
Mis sentimientos
deambularán como hiedras en ti…
Mis raíces… ¡no se
queman!
¡Quedo!
¡Quedas!
Franz Alberto Merino Dávila
Poeta, escribiendo mi génesis que vibra.