LA RED DE ENERGÍA.
El pasado y el presente son los padres del futuro, ellos
lo producen, lo engendran, lo generan.
Amar es el lema para vivir plenamente, pero con una
condición: incondicionalmente.
Todos tienen alguna experiencia, algún conocimiento que
compartir para avanzar, pero la mayoría no lo hace, esconden su verdad. Si
supieran reflexionar sobre la generosidad y la bondad, seguramente nos brindarían
toda su vida, pues entregando de esa manera su amor hacia la gente se liberarían
de ser partícipes de las redes egoístas, mezquinas, malvadas. Debemos ser mayoría
que practique la solidaridad y el altruismo, gente que se desconecte de esa red del temor y el miedo a sufrir o padecer en la
muerte o repetición cíclica, la reencarnación animal, de la red infernal; necesitamos ser almas que se desprendan, avancen,
salten y entreguen su energía para iluminar más a la Gran Estrella. Nosotros
somos en esencia energía de amor, para nuestros ojos y de los demás una percepción: física, geométrica,
matemática, química y biológica, mientras evolucionamos y avanzamos conectados
con otros puntos de energía, otros nodos. Evolucionar es formar parte de otras
redes y en ese avance radica la verdadera evolución. La misión entonces es dar
puro amor a todo lo viviente e inerte: ser parte principal de redes más
potentes de amor, más luminosas; todos empezamos siendo parte de una más
pequeña, insignificante, aunque por defecto y origen todos estamos conectados
entre sí; ahora ya saben cuál es el propósito de nuestras vidas, no existe otro.
Siempre debemos buscar y ser entrega total hacia el bien, capaz que
nuestra energía avance hacia fuentes de luz superiores, hacia fibras más
gruesas que nos llevarán directamente a la Divina Energía, a la Conciencia
Superior, la Fuente que emana y también
recibe: todo el amor. No olvidar: lo
pasado y lo presente originan el futuro. Busquemos un mejor futuro, unamos
fuerza y conocimiento para avanzar a la siguiente red de luz.
Siempre busquemos el equilibrio. Neguémonos siempre tener
una vida insípida o llena de excesos. Saltemos esas redes y mucho cuidado con
otras redes tóxicas. Desde antes y más ahora proliferan los pastores espirituales
que para nada son verdaderos maestros, son encantadores de ovejas, persuaden a
recitar oraciones o cantar alabanzas que son frases repetitivas para crear una
sensación hipnótica en el devoto, una histeria masiva en el rebaño, los empujan
contra la pared, los bloquean para evitar que ellos investiguen y encuentren la
verdad saturándolos de temores y
castigos, los mantienen ignorantes. No solo existe un libro, sino muchos
libros, muchos conocimientos esperando ser leídos para dividir la falsedad de
la gran verdad, pero a ellos no les conviene y los siguen engañando por diezmos,
contribuciones, aportes para los miembros de la red del dinero, red que por
cierto no avanza ni pasará por el ojo eléctrico de la aguja bíblica.
Se debe buscar lo que ¡no sacia!, tampoco el vacío, ni
gula ni hambruna. Blanco es extremo, negro también: gris es equilibrio. El
futuro de nuestro bienestar, del planeta, de nuestro universo, depende de
nosotros: de nuestros conocimientos demostrables y abstractos, buenas intenciones,
buenas acciones y pensamientos llenos de energía positiva. Saltemos todas las
redes del mal y sus llamados atractivos; en lo posible evitarlas, no circular
por ahí: sin miembros, sin nodos, sin almas, esas redes desaparecerán. No
olvidemos que la salvación es personal, y con ello colaboramos a lo general.
Somos nodos, almas deseando saltar a otro nodo y luego a otro nodo y así sucesivamente hasta
entrar a ser parte de la red superior: la Gran Energía.
Tú, eres un nodo con quien anhelo fusionarme y doblar la
intensidad de nuestra luz. Luego saltar, avanzar, saltar y avanzar, hasta llegar a pertenecer al
origen de todas las redes: la mismísima Máxima Luz.
¿Deseas recibir todo mi amor? ¿Deseas darme el completo
tuyo?
Amar y amarte es mi destino.
Franz Merino
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